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La victoria imposible

Mi padre me llevó a las carreras por primera vez cuando tenía dos años. Es una historia que, de tanto escucharla, siento como si la recordase lúcidamente. Cuando pienso en ella me maravillo recreando todas las carreras que he visto desde entonces hasta el día de hoy, sin pausas, sin faltas injustificadas, al mismo tiempo que me asombro por lo que debe sentir él. De todas ellas, gran parte las he presenciado en el circuito del Jarama, cuyas curvas siento tan mías que de veras creo podría rodar tan rápido como los pilotos -las leyendas- que las ponen nombre: Nuvolari, Fangio, Varzi, Farina, Ascari, Portago, María de Villota (quien da nombre desde el pasado año a la última curva del trazado, "la del túnel"). Lo que sí recuerdo es que desde pequeño adoraba a estos pilotos por el simple hecho de tener su curva en mi circuito favorito. Era una razón más que suficiente: ni siquiera los conocía, pero para mí eran como dioses. Según he ido creciendo he conocido sus vidas y he l

Save Williams

Cuando uno pasa por un mal momento y cree que las cosas no pueden ir a peor se equivoca, al igual que cuando cree que ese momento acaba por sí solo y se limita a esperar. Así veo en este momento a la escudería Williams: cansada, rendida, carente de cualquier tipo de ambición. Y es una pena, pero si no tienen ganas de seguir luchando veo preferible que dejen la Fórmula 1. Es como si un club de fútbol histórico fuese colista y se encontrase a gusto en esa mísera posición. A continuación expondré las razones por las que creo que la situación de Williams va más allá del escaso presupuesto que pueda tener y que tiene más que ver con la falta de motivación y la mala organización del equipo. Tras la temporada 2019, que la propia Williams catalogó como un fracaso por verse apeados del cuarto lugar de constructores, que fue a parar a manos de Force India, la escudería de Grove se lanzó al reto de ser, como mínimo, el cuarto equipo de nuevo. Sin embargo, la temporada fue estrepitosa, t

La primera victoria

En ocasiones las estadísticas no concuerdan con la realidad: 9 títulos mundiales (consecutivos), 79 victorias en rallies del mundial, el piloto más laureado de la historia de esta disciplina,... Nada más lejos de la realidad: Sébastien Loeb ha logrado este fin de semana en el Rally de Cataluña su "primera victoria", que pasará a la historia de los deportes de motor como una de las más grandes jamás vistas y convertirá a su creador, más si cabe, en uno de los mejores deportistas de todos los tiempos. Según la dupla Sébastien Loeb-Daniel Elena recorría majestuosamente los úlitmos kilómetros del rallye, Luis Moya (doble campeón mundial copilotando a Carlos Sainz) comentaba: "Creía que lo había visto todo en rallies, hoy me doy cuenta de que estaba equivocado". Al mismo tiempo, un servidor se frotaba los ojos frente al televisor confiando en que lo que estaba viendo no fueran meras visiones provocadas por el sueño de que semejante gesta pudiera produci

Max, Daniel, Charles y los demás

Max Verstappen es una moneda al aire. Un piloto capaz de lo mejor, pero que, lamentablemente, es cliente habitual de la polémica, de la guerra, de la lucha fuera de la pista que eclipsa a lo que sucede en su interior en la actual Fórmula 1. Un niño mimado por su padre, su escudería y la federación, que a lo largo de la historia siempre se ha posicionado en favor de un piloto y/o equipo. Tan solo por nombrar algunos de sus enfrentamientos más relevantes: Hungría, Bélgica y Méjico en 2019; Hungría (de nuevo) y Singapur en 2020; Bahrein, China y Azerbaiyán en 2021. En total, ocho en tres años, de los cuales el peor está resultando este último, y a los datos me remito. Como mejores puestos dos podios, al igual que su compañero Ricciardo, pero con una diferencia: los del primero son terceros puestos, los del segundo victorias. No quiero utilizar este post para cargar contra el holandés. Sólo pretendo ceñirme a los hechos y bajarlo (si es que es posible parar esta bola de nieve) del pe

Vivir sobre ruedas

Cambridgeshire, aeródromo de Duxford. La piloto española María de Villota se dispone a realizar unos tests de prueba con el equipo Marussia de Fórmula Uno. Tres de julio de 2012. Su padre, Emilio de Villota (tercer piloto español en disputar un Gran Premio de F1) lo tiene claro: "Si hay algún día que no te tienes que preocupar es hoy, porque es un entrenamiento de aerodinámica, en línea recta, y no hay ninguna posibilidad de nada". Asimismo, ella sabe que es su comienzo para poder alcanzar su sueño: competir en el certamen más prestigioso del motorsport. 10:25 de la mañana. Poco después de empezar el test, el monoplaza de María acelera repentinamente, estrellándose contra la plataforma del camión por la que se ha bajado el vehículo a la pista, que debido a una negligencia no se ha recogido. En el choque, la plataforma impacta directamente en su casco a la altura de la frente y los ojos. Isabel, su hermana, que la ha acompañado, pregunta por su estado de salud. María

Origen

Se dice que entre franceses y alemanes se inventó el automóvil, del cual los italianos se adueñaron posteriormente, hacia la década de 1930. Son, junto con Reino Unido y Estados Unidos (fuera del continente europeo) los creadores de este apasionante negocio. Por eso es triste que la última vez que sonó la "Marsellesa" en el podio fuera hace más de veinte años (Olivier Panis, Ligier Honda, Monaco, 1996) o que Italia no tenga un campeón mundial desde 1953 con Alberto Ascari y Ferrari. Por no mencionar que lleva sin disputarse un gran premio en territorio francés desde 2008, y en Alemania de forma intermitente, mientras circuitos como Abu Dhabi, Singapur, Corea o India abren al "Gran Circo" nuevos mercados y nuevas divisas para sus magnates. Por eso nunca es tarde para echar la vista atrás medio siglo y admirar a quienes lo bautizaron: el mencionado Ascari, además de Chiron, Farina, Trintignant, Moss, Hawthorn y dos "extranjeros" que irrumpían entre nombres

Lo que la Fórmula 1 debe aprender de la Indycar

Dice el refrán que no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. El pasado fin de semana tuvieron lugar dos citas claves en el mundo del motor: Mónaco e Indianápolis, casi al mismo tiempo, y la ausencia de un piloto en esta primera para adentrarse en una nueva aventura hacia la segunda hizo que los amantes de este deporte estuviéramos todo el día pegados a la pantalla. De esta experiencia he llegado a varias conclusiones que desarrollaré a continuación pero que bien puede resumirse en una única idea: emoción, sentimiento, pasión, incertidumbre. Conceptos sólo aplicables al ser humano y que el avance tecnológico se está comiendo en el "Gran circo", que cada vez es más racional, más mesurado, más monótono y en definitiva más aburrido. Incluso los coches son fáciles de conducir, dicen algunos. El ser humano necesita sentir y para ello se crearon las carreras. Sin eso nada tiene sentido, y si seguimos creando máquinas cada vez más inteligentes acabarán por quitarno