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Origen

Se dice que entre franceses y alemanes se inventó el automóvil, del cual los italianos se adueñaron posteriormente, hacia la década de 1930. Son, junto con Reino Unido y Estados Unidos (fuera del continente europeo) los creadores de este apasionante negocio. Por eso es triste que la última vez que sonó la "Marsellesa" en el podio fuera hace más de veinte años (Olivier Panis, Ligier Honda, Monaco, 1996) o que Italia no tenga un campeón mundial desde 1953 con Alberto Ascari y Ferrari. Por no mencionar que lleva sin disputarse un gran premio en territorio francés desde 2008, y en Alemania de forma intermitente, mientras circuitos como Abu Dhabi, Singapur, Corea o India abren al "Gran Circo" nuevos mercados y nuevas divisas para sus magnates.
Por eso nunca es tarde para echar la vista atrás medio siglo y admirar a quienes lo bautizaron: el mencionado Ascari, además de Chiron, Farina, Trintignant, Moss, Hawthorn y dos "extranjeros" que irrumpían entre nombres europeos: Fangio y Froilán González; Entre otros. Esto es para ellos.

El vencedor de la primera carrera de Formula 1 de la historia, Giuseppe Farina, en su Alfa Romeo.

La temporada de 1950 marcó un antes y un después en la historia del deporte del motor. Tan solo cinco años después de la conclusión de la guerra, la Federación Internacional de Automovilismo (respaldada por la exitosa implantación del mundial de motociclismo un año antes) logró poner en acuerdo a pilotos, escuderías y circuitos de diferentes países para celebrar un espectáculo sin precedente alguno. El primer Gran Premio se realizó el 13 de mayo en el trazado de Silverstone, y el primer piloto en completar las 70 vueltas fue Giuseppe Farina, a una velocidad media de ¡146 km/h! El podio, completado por Luigi Fagioli y Reg Parnell, otorgó el triplete a Alfa Romeo, que contaba también con un tal Juan Manuel Fangio en sus filas, quien se había visto obligado a retirarse por problemas mecánicos cuando rodaba en tercera posición.

La primera salida

El resto del campeonato estaba formado por seis carreras más: Mónaco, Indianápolis, Bremgarten (Suiza), Spa-Francorchamps, Reims (Francia) y Monza. Llegados a éste, las pelea por el título no podía estar más abierta. Fangio, que había vencido en Mónaco, Spa y Reims, lideraba con 26 puntos, seguido de Fagioli con 24 y Farina, vencedor en Silverstone y Bremgarten, con 22.
Al comenzar la carrera, Fangio, que salía en primera posición, se veía superado con facilidad por el Alfa de Farina y el Ferrari de Ascari (mucho más tarde, en sus memorias, Fangio dijo que la escudería italiana había beneficiado a Farina dándole un coche más potente). Pero en la vuelta 24 la máquina de Fangio rompía la caja de cambios y, como estaba habilitado en la época, cogía la montura de su compañero Piero Taruffi, sin mayor fortuna, ya que poco después volvía a romper, esta vez la válvula del motor y se apeaba de la lucha por el título, que ahora pasaba a disputarse únicamente a dos bandas: Farina-Fagioli.

Farina, seguido de Ascari y Fagioli, en Monza 1950.

Pero la ventaja de la que gozaba Farina fue suficiente para darle la victoria en su país, y el primer título de campeón del mundo de Fórmula 1 de la historia. ¡Ahí es nada! 

En 1951, a Farina y Alfa Romeo les saldría un hueso duro de roer: Ferrari que, si bien había participado a tiempo parcial la temporada anterior, esta vez entraba de lleno en la competición con dos pilotos que derrochaban talento y que se llamaban Alberto Ascari y José Froilán "El cabezón" González. Fue este último quien dio la primera victoria de su historia a la escudería del Cavallino Rampante un 14 de julio en Silverstone. Sin embargo, fue Fangio con su Alfa Romeo quien se llevó con éste su primer mundial, seguido de Ascari y González.

Resultado de imagen de josé froilán gonzález silverstone 1951 La primera victoria de Ferrari se la dio un argentino.

1952 fue el año de Alberto Ascari: ganó 6 Grandes Premios de los 8 disputados y logró el primer campeonato para Ferrari. La superioridad de la dupla Ascari-Ferrari siguió vigente durante 1953 y se llevó, de nuevo, el título de campeón. Llegado ese momento no había mecánica que se le resistiera al equipo de Enzo Ferrari. Seguramente fuera ese el motivo por el que llegó Mercedes.

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"La carrera del siglo". Así apodaron al Gran Premio de Francia de 1953. Esta preciosa imagen muestra el final de la carrera. Hawthorn y Ferrari se llevaron aquella.

Mercedes no se anduvo con contemplaciones y se cargó de lo mejor para llegar y vencer: encargó a Rudolf Uhlenhaut (principal diseñador de las Flechas de Plata de los años 30 y del 300 SLR) un prototipo que devolviera a la marca de la estrella el brillo que había perdido tras la Segunda Guerra Mundial. Al volante de las nuevas "Flechas plateadas" estarían Juan Manuel Fangio, Karl Kling y un jovencísimo (para la época, 26 años) Hans Herrmann.
Sin embargo, el Rennabteilung (departamento de competición) de la marca de Stuttgart no logró terminar el coche a tiempo para el inicio de temporada y se vio obligado a esperar hasta la cuarta cita del campeonato en Francia. Llegado ese momento, Fangio se había adjudicado dos de las tres carreras disputadas (teniendo en cuenta que una de ellas era Indianápolis, a la cual no viajaban los pilotos mundialistas) a manos de su Maserati del año anterior.

Fangio ganó aquella carrera, Kling fue segundo y mercedes logró un espectacular doblete el día de su debut.



El resto de la temporada fue coser y cantar: Fangio ganaría tres carreras más y se alzaría con su segundo título, por delante de sendos pilotos de Ferrari, González y Hawthorn.
De cara a la temporada 1955, Mercedes repitió la fómula que tanto éxito le había dado el año anterior, con una ligera variación, el fichaje de Sir Stirling Moss, directamente de Maserati. ¿Qué podía salir mal?

Argentina (Fangio), Bélgica (Fangio), Países Bajos (Fangio), Gran Bretaña (Moss) e Italia (Fangio). La marca germana dominó por segundo año consecutivo el campeonato y condujo al piloto de Balcarce a su tercer título en 6 años de historia del certamen. Fangio comenzaba a forjar su leyenda. Sin embargo, el desastre de Le Mans de junio de aquel año, en el que murieron el piloto francés Pierre Levegh y 82 espectadores, marcó un antes y un después en la historia del automovilismo. El calendario de Fórmula 1 (dispuesto de 11 eventos) quedó recortado a 7, y Mercedes anunció su retirada del mundo de las carreras, que duraría hasta 1989. Además, Suiza prohibió las competiciones automovilísticas en su país y no será hasta 2018 (62 años después) cuando un vehículo vuelva a competir en territorio suizo con la visita de la Fórmula E.
A partir de entonces se comenzarían a utilizar los cinturones de seguridad y los cascos integrales en los bólidos de carreras. La época más primigenia y natural del Motorsport había terminado.

Stirling Moss logró la primera victoria de su carrera en su circuito de casa, Aintree, en 1955.

Nino Farina ganaría dos carreras más durante el resto de su trayectoria deportiva, pero siempre será recordado por lograr el primer campeonato mundial de F1 de la historia. Fallecería en 1966 en un accidente de tráfico.
Juan Manuel Fangio logró cinco títulos mundiales y, aun hoy en día, sigue siendo considerado por muchos como el mejor piloto de todos los tiempos.
Alberto Ascari logró dos campeonatos con la Scuderia Ferrari, 1952 y 1953. Fallecería en 1955 en Monza debido a un accidente.
José Froilán González fue subcampeón en 1954 y tercero en 1951. Fue ganador de Le Mans junto con Maurice Trintignant en 1954 a bordo, cómo no, de un Ferrari.
Stirling Moss es y será recordado siempre como el "Campeón sin corona". Y no es para menos: con cuatro subcampeonatos y tres terceros puestos, es el piloto que más victorias ha conseguido sin obtener un título. En la actualidad, sigue conduciendo aquellos coches en festivales.

Por todo esto, debe quedar clara una cosa: ser piloto en la actualidad no significa lo mismo que hace cincuenta años. Jugarse la vida en cada carrera. Correr sin apenas protección. Correr por infiernos de asfalto. Correr: por pasión, por necesidad. Correr sin miedo. Correr con amigos. Correr para alcanzar la gloria.

Y si no, que se lo digan a Nico Rosberg.



PD: Gracias a http://www.statsf1.com/ por tanta información.
     
Para finalizar, os dejo un vídeo que no requiere presentación. Viajemos atrás en el tiempo 61 años para subirnos a bordo del Jaguar D-Type de Mike Hawthorn durante una vuelta al Circuito de La Sarthe. ¡Mágico!


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